"Ya del Oriente en el confín profundo
La luna aparta el nebuloso velo
Y leve sienta en el dormido mundo
Su casto pie con virginal recelo".
(Diego fallon). De su poema LA LUNA.
Oh luna taciturna que miras desde el cielo
Y llenas la ancha tierra de suaves resplandores;
La lluvia de tus rayos infundes sobre el suelo,
Y riegas los paisajes con luces y colores.
Tu luz amarillenta reflejas sobre el mundo,
Cubriendo los rincones del cerro y la cañada;
Tú das a los terrenos un ambiente fecundo
Y de la madre tierra eres niña mimada!!
Regalas tus caricias al monte y la pradera;
Los valles y montañas tú bañas con primores;
Airosa te saluda la tibia Primavera,
Cuando tu luz esparces sobre un jardin de flores!!
De la noche tú rompes lo denso de las sombras,
Con los místicos visos de tu claro fanal.
Con tu influjo prolifico los cultivos alfombras,
Al conjuro benéfico de tu luz nocturnal.
Yo te saludo, luna, mi hermanita querida,
Que alientas la natura con tu plácida lumbre;
Conforta los desdenes y penas de mi vida,
Quitando del camino nostalgia y pesadumbre!!
Tu luz evanescente se vierte entre mis ojos,
Tal como un sentimiento de amores y de anhelos,
Que mitiga los golpes, el llanto y los abrojos,
Que causan en el alma fracasos y desvelos.
Eres fiel compañera de la naturaleza
Y tu presencia amiga protege el medio ambiente;
Vas sembrando doquiera semillas
de terneza:
"Refresca las entrañas del lírico doliente".
Cuando eres "luna llena", conmueves mis sentidos
Y traes el sosiego y paz para mi alma;
Palpita en el recuerdo lo que fue y ya se ha ido
Y retorna a mi vida la ya perdida calma.
Con sus mejores versos te cantan los poetas,
Como signo visible de grata admiración
Y los pintores cargan contigo sus paletas,
Para pintarte, luna porque esa es su pasión.
El poeta Diego Fallon en un bello poema,
Nimbada tu belleza como fulgente broche,
En versos encantados te brinda su zalema,
Lucero vespertino, lucero de la noche.
Vas creando la vida cual las lucientes Ninfas,
Y en una noche fulgida vas besando los mares;
Cual romantico espejo transparentas las linfas
Y en este mundo leve disipas los pesares.
Me embarga la imponencia y tu aire majestuoso;
Me estruja tu presencia, Divino lucerito,
El lenguaje visible de un Creador portentoso
Y conmueve mis fibras la sed del infinito.
Sigue alegrando el mundo, fanal esplendoroso,
Grandiosa bienhechora, más que criatura alguna.
adiós reflejo puro, adiós, reflejo hermoso.
!Eres de mi familia: Adiós, hermana luna!!
Bogotá, julio de 2016.
Pedro C. Mesa R.