" Reconozco, Señor, que soy culpable; se que fui pecador imperdonable. Hoy te pido Señor me vuelvas bueno... De lo malo de ayer hoy me arrepiento y es por eso que vengo hasta tu templo; soy tu hijo también y lo merezco..." (Canción de Javier Solís).
Habiendo examinado la conciencia
Se arrodilla contrito el penitente:
Deplorando el pecado ardientemente,
Deseando la gracia e indulgencia.
Decidido a cumplir la penitencia,
Sus culpas reconoce humildemente;
Confiesa los pecados, diligente,
Implorando el perdón y la clemencia.
Quiere satisfacer por sus pecados,
Que todos los errores sean llorados
Y del Padre rogar la absolución.
Lavarlos ante el santo tribunal,
Que lo libre el Señor de todo mal
Y le imparta la santa bendición...!
(Pedro C. Mesa R. Año 2000)
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